se sienten chillidos sin cabezas
hay un deseo jamás deseado antes
la petulancia de quien siempre
todo lo pudo
se arrastra reptílica y amputada
y qué buscaba
qué pensaba lograr dónde la nada es reina
nunca supo como llegó a adorar
espejismos tan humillantes
su parte masoquista se relame
espera otra embestida de ilesa incertidumbre
se revuelve en la lujuria que jamás estrenó
y calla
y entiende
la alivia saber que no existe él
ni nosotros ni vosotros
ellos
solo ellos abrazan y se hacen dueños
de todo el tiempo
el reloj se detuvo y nadie tiene fuerzas
nadie quiere que vuelva su impertérrito sonido
Sade
no quiere nada
y quiere todo
solo puede pagar con sangre
el deseo que le ofrece
el genio de las ollas tiznadas
-pero no logra llegar y muere por fin -
desangelada y espectral
desollada el alma
carbonizada el ansia
desmembrada
No hay comentarios.:
Publicar un comentario